Heb. áleph, א, gr. alpha, Α α.
Áleph es la primera consonante del alefato hebreo. Se cree que originalmente representaba la cabeza y cuernos de un buey, a juzgar por los antiguos pictogramas egipcios y su forma semítica primitiva. En hebreo precisamente áleph significa «buey». Según la Masora, áleph se repite 27.055 veces en el Pentateuco y 42.377 en toda la Biblia. En un principio representaba un golpe glotal, prácticamente inaudible, pero poco a poco se tornó muda —junto con he, ה, waw, ו, y yod, י— y acabó siendo empleada como guía de lectura. Al adoptar los griegos el alefato fenicio para su lengua, le dieron el nombre de alpha y la emplearon para representar el sonido vocálico a.
La forma de la letra mayúscula en el alfabeto latino no difiere mucho de la letra griega Α. Alpha es considerada como designación simbólica de Dios, principio de todas las cosas, particularmente en la relación > alfa y omega, primera y última letras del alfabeto griego (Ap. 1:8; 21:6; cf. Is. 41:4; 44:6; 48:12). En Ap. 22:13 Jesús glorificado emplea las mismas palabras hablando de sí mismo (cf. Ap. 1:8,17; 21:6; 22:13), pues expresan la perfección y eternidad de Dios (Is. 41:4; 44:6).
En la Cábala la letra áleph significa la unidad colectiva, símbolo del hombre, señor y dueño de la tierra.
En las ediciones hebreas y griegas de la Biblia la A latina designa el códice Alejandrino, manuscrito del siglo V que contiene toda la Escritura y se encuentra en el Museo Británico. La א hebrea (áleph) designa el códice llamado Sinaítico.